Como si de una novela de terror fuese y el más macabro desenlace estuviese escrito, así podríamos resumir el encuentro disputado el sábado de pasión.
He tardado días en hacer el resumen por motivos personales y porque es cierto que nos hizo mella la manera en la que transcurrieron los minutos finales del encuentro ante el Atco. Antoniano. Pero ya estamos metidos en competición nuevamente y vamos a analizarlos.
La semana previa al partido había sido dura a nivel personal y como si llevásemos hasta el final el dicho de que "si las cosas van mal, aún pueden ir peor", el partido nos tenía preparado un desenlace que no preveíamos en ningún momento. Sabíamos que el equipo lebrijano era duro de roer, difícil como conjunto, con calidad y muy bien trabajado. Pero conocíamos sus puntos débiles y eramos conscientes que trabajando en equipo podíamos ser ganadores.
Fue un encuentro disputado con alternativas, siendo el Antoniano quien se adelantase en el marcador gracias a un regalo nuestro que supo aprovechar con calidad el delantero lebrijano. Delantero de otra categoría, con una planta de gran jugador, talentoso, potente y que a la postre sería el justiciero final.
Empatamos y en el 2º tiempo nos pusimos por delante gracias a una jugada colectiva muy buena. Incluso tuvimos minutos de buen juego en el que perdonamos al rival, con penalty errado. Y eso dio alas al equipo lebrijano, que se vino arriba y que aprovecho un nuevo fallo en la defensa de una jugada de estrategia.
Y veíamos que no podía ser, que no podíamos con el partido, que nos pesaban las piernas, mentalmente no estábamos, no éramos el equipo que siempre somos. Y en 5 minutos finales, el fútbol nos tenía preparado un final pésimo.
1º nos equivocamos y cometimos el infantil error de autoexpulsarnos con comentarios ofensivos al rival y 2º con un jugador menos y en el minuto 5 de descuento tenemos una jugada a favor de estrategia y el ímpetu de querer ganar hizo que sacáramos rápido y perdiésemos el balón. Y que en esa contra el espigado delantero rojillo nos apuntillara y nos dejara el corazón roto, hundido, apenado.
El fútbol, como la vida misma siempre te enseña, te pone retos y barreras que hay que superar. Ésta ha sido una de ellas, un duro palo ante el cuál solo queda resarcirse y ser capaces de sacar provecho a esta circunstancias. Aprender de los errores para ser cada día mejores.
LA AUTOEXIGENCIA ES LA BASE DEL RENDIMIENTO.
Trabajar duro para convertir esta derrota en 4 próximas victorias. Juntos lo vamos a conseguir. Confianza, Respeto, Humildad y Sacrificio.